No todos los ojos secos son iguales

by lansierlaboratorios

La Dra. Mercè Morral, oftalmóloga del Área de Ojo Seco de IMO y ponente del curso promovido por Théa, ha puesto de relieve que “el ojo seco puede requerir un tratamiento distinto en cada persona, que tiene que ser diseñado a medida”. Para ello, el primer paso es un buen diagnóstico, apoyado por tests que determinan la composición y la cantidad de lágrima, así como técnicas para valorar el estado de las glándulas de Meibomio y la calidad de la película lagrimal. Según el Dr. José Luis Güell, también especialista del Instituto y miembro del comité organizador del encuentro, “equipos como el HD Analyzer permiten evaluar la lágrima de forma objetiva y dinámica, analizando a tiempo real cómo su falta de estabilidad puede provocar fluctuaciones en la visión”.

Estas pruebas complementarias aportan datos para corroborar los síntomas que aqueja el paciente, afinar en la clasificación del tipo de ojo seco y esclarecer qué mecanismos desencadenan la patología para seleccionar la estrategia terapéutica más eficaz en cada caso: no es lo mismo un ojo seco por déficit de lágrima, que por mala calidad de esta. Asimismo, los expertos tienen en consideración un nuevo tipo de ojo seco a raíz de las últimas guías clínicas: el neuropático. “Sus mecanismos son todavía poco conocidos y se da en pacientes que aquejan molestias y dolor intenso, aunque en la exploración ocular no se aprecian alteraciones importantes”, explica la Dra. Morral.

Tener en cuenta los párpados:

Estas estructuras también juegan un papel importante en el ojo seco, ya que en su interior se encuentran las glándulas de Meibomio, que aportan el componente graso o lipídico de la lágrima para evitar su evaporación. En opinión de los especialistas europeos reunidos en IMO, “cuando hay una disfunción de estas glándulas y/o blefaritis (inflamación del borde del párpado), es importante incidir en que el paciente adopte rutinas de higiene palpebral que ayuden a eliminar el exceso de bacterias y de grasa mediante la aplicación de calor y masajes, así como limpieza con productos específicos”. Si con esto no es suficiente, también puede optarse por el refuerzo de tratamientos punteros en consulta, como la microexfoliación palpebral (Blephex), que elimina los restos que se acumulan en los bordes de los párpados para mejorar la calidad de la película lagrimal y reducir la inflamación de la superficie ocular, o la pulsación térmica (LipiFlow), que masajea y proporciona calor en la zona palpebral con este mismo fin.

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