Los sistemas de calefacción son nuestro mejor aliado para combatir el frio del invierno. Sin embargo, la calefacción podría afectar de forma negativa a nuestra vista. Concretamente, a la enfermedad de ojo seco, una condición caracterizada por la sequedad crónica de la conjuntiva y de la córnea. Por ello, es importante saber cuáles son los mejores cuidados sobre el ojo seco, para poder combatir esta enfermedad.
Los sistemas de calefacción son un desencadenante o agravante frecuente del ojo seco. Durante el invierno, la calefacción es indispensable para mantener regulada nuestra temperatura corporal.
Sin embargo, la cantidad y la duración de las lágrimas puede variar según esté de caliente un entorno.
La exposición al sol, el viento, los ambientes muy secos y el polvo pueden hacer que las lágrimas se evaporen más pronto de lo normal, predisponiendo a las molestias comunes del ojo seco por evaporación.
El ojo seco evaporativo puede ser de dos tipos: intrínseco y extrínseco. El intrínseco está en relación con algún problema del sistema lagrimal que hace que las lágrimas tengan poca oleosidad y por ende se evaporen más rápido. Por el contrario, el extrínseco hace referencia a un factor externo que induce la evaporación de las lágrimas. Aquí es donde la calefacción y los cambios climáticos juegan un papel fundamental.
Otras causas de ojo seco evaporativo extrínseco incluyen:
- El uso de lentes de contacto.
- Bajos niveles sanguíneos de vitamina A. Una vitamina necesaria para la producción de lágrimas.
- Presencia de alérgenos en el aire.
La humedad es necesaria para mantener muchas zonas del cuerpo hidratadas porque evita la pérdida de agua durante el día. Sin agua, tu piel estaría quebradiza, tus ojos secos, y tu boca deshidratada.
Durante la época invernal, el uso de calefactores es prácticamente una tarea de supervivencia que afecta indirectamente a la humedad. Por ello, hay que tener más cuidado sobre el ojo seco. Y es que a mayor calor, menor humedad y mayor sequedad, lo cual compromete la retención de agua corporal porque promueve la pérdida de líquidos a lo largo del día, siendo los ojos uno de los órganos más afectados.
Fuente: Ocumed